

Detalles
Fecha | Hora | Liga | Temporada |
---|---|---|---|
5 noviembre, 2016 | 16:30 | Tercera Regional | 2016-2017 |
Resultados
Equipo | Ensayos | Conversiones | Golpes | Puntos | Resultado |
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Getafe C.R. | 2 | 2 | 0 | 14 | Derrota |
C.R. Tres Cantos | 5 | 3 | 0 | 31 | Victoria |
Resumen
Llovía.
Y llovía más.
Cuarto partido de liga. 16:30 en el bello municipio de Getafe contra el equipo de dicha localidad. Llovía de una manera copiosa, constante y ciertamente molesta. Ya en el vestuario se respiraba el típico ambiente prepartido palomo. Todo el mundo expresándose muy libremente y charlando animadamente como si estuviéramos en un putiferio.
Tomi, que a la postre se iba a convertir en el auténtico protagonista del partido y puede que de toda la historia paloma, decidía libremente que era el día, SU DÍA, y se empezó «equipar» como un saltador de touch del Top 14 encintándose los muslos como si fuera un puto kebab pero sin ningún saliente para que los levantadores pudiesen agarrar… no había caído en ello el pobre muchacho… el primer sinsentido.
Dentro de las conversaciones en el vestuario destaco una del MVPalomo del partido: Tomi. El chaval maldecía a voces su mala suerte por haberse olvidado las botas en casa. Borja, que llevaba un par de sobra, amablemente se las presta pero desgraciadamente le quedan pequeñas. Así las cosas Manufer se las cambia por las suyas, que aún así le quedaban pequeñas pero menos. Este detalle que parece trivial y anodino luego, como veremos, será fuente de curiosísimas anécdotas. Y así las cosas empezamos el partido (la alineación os la ahorro) con un minuto de silencio en memoria del padre de Manufer: UN FUERTE ABRAZO HERMANO.
¿Por dónde empezar a relatar la proeza de la que hoy he sido testigo y cómplice? Creedme si os digo que lo visto hoy es difícilmente descriptible, si bien en lo sucesivo intentaré expresarlo de la manera que más se ajuste a la verdad, a una especie de realidad paralela o dimensión desconocida del rugby.
Tampoco debemos olvidar el heróico arrebato de nuestro comandante en jefe, y padre en algunos varios casos, Don Yus. En un abrazo palomo para la dar la última charla y directrices que nunca van a funcionar, todos nos agarramos y nos miramos en espera de que alguien se lance y comience el grito de guerra. Miradas perdidas y confusas, incertidumbre en el ambiente y nadie abre la boca. Como decía, heróico arrebato y despropósito general al comenzar con un: TRES CANTOS!! incluso luego el grito al revés, etc etc… todos nos seguíamos mirando. Tomi aun seguía sin aterrizar físicamente en Getafe por cierto, y llovía un huevo. Al final conseguimos balbucear algo, no logro descifrar el qué realmente.
Y aun no habíamos empezado el partido… todo hacía presagiar algo único e irrepetible, como así fue.
Seguía lloviendo.
Todos sabíamos que debíamos hacer dos cosas: evitar que ellos jugaran de delantera (nos sacaban como 200 kilos) y abrirle balones a nuestros amigos y compañeros de la línea. No hicimos ninguna de ambas, y lo que es más, propiciamos que sus delanteros jugarán en plan Escocia en los años 80. Picangous, relanzamientos constantes y nuestra generosísima ayuda con 20 golpes en unos 10 minutos. Fascinante de veras. Y claro, nos ensayan y se adelantan.
En una de estas fases sucede la primera anécdota relativa a Tomi. Si, Tomi con sus botas ajustadas, sufriendo como cenicienta con sus zapatos de cristal, se mete en un agrupamiento, le dan un codazo en la tocha, cae al suelo, le pisan, se levanta cabreado y el árbitro le saca amarilla y se va del campo con el tabique nasal desviado y cara de mucha sorpresa. Ciertamente Seba nos confesó en el tercer tiempo en Tres Cantos, que Tomi le había acariciado con amabilidad y dulzura su testa con una de sus botas ajustadas. Tomi rajaba y rajaba y seguía rajando, que no había hecho absolutamente nada y era únicamente víctima, que también, pero seguía rajando y el señor se cortó con el color de la tarjeta creo. El resto de la bandada paloma, volvíamos a balbucear como si estuviésemos repitiendo el «grito» inicial, pero en esta ocasión para decirle al MVPalomo que por favor, cerrase la boca.
Nos ponemos las pilas. Jugamos al rugby durante 10 minutos y en una jugada de bellísima factura en la que interviene casi toda la línea ensayamos. Seguimos jugando al rugby otro ratito, el suficiente para que ocurrieran varias cosas: Tomi, qué tío más grande, sale de un mol como alma que lleva el diablo y sí, por increíble que parezca decide hacer un espectacular mate una vez rebasada la línea de ensayo. Llevamos 4-5 canastas preciosas pero siempre nos pitan avant incomprensiblemente. El resto no dábamos crédito en el por qué de anular el ensayo, que habría firmado el auténtico y genuino Jordan con sus Bulls.
En una melé a 5 les metemos casi en su línea de ensayo. Ahí nos detienen, me levanto y generosamente se la cedo a Sebas (que me debe tres ensayos, para que luego digáis que no paso) y nos ponemos por delante. La verdad es que a esas alturas ya les estábamos ganando las melés y las touches y parecía que les íbamos a dar la del pulpo. Nada más lejos de la realidad.
Seguía lloviendo.
Antes de concluir el primer tiempo volvemos a las andadas, ellos a lo suyo venga gordo y venga gordo y así, con la especial contribución y ayuda de nuestros continuos golpes nos ensayan en el banderín y su pateador transforma. Poco más sucedió en la primera parte. 14-12 nos gana un equipo al que debíamos haberles metido 30 puntos a estas alturas. Nos vamos al vestuario.
En este punto debo relatar otra anécdota. En mi condición de capitán y faro y guía de palomos pienso en hacer ciertos cambios. Sebas se me acerca tiritando en plan como los de la peli de Trainspotting y muy serio me dice que jugará 5 minutos. El frío del invierno le ha derrotado (como a Hitler y Napoleón en Rusia, gran país). Me dice que jugará 5 minutos, sin embargo en cuanto pone un pie fuera del vestuario se vuelve por donde ha venido. Entra Fayos, nos reajustamos y empieza la segunda parte.
Y bien oye. Parece que espabilamos, Fayos la coge un par de veces, avanza quitándose rivales de encima con elegancia y sencillez y a la segunda ensaya bajo palos. Nos ponemos por delante pero tristemente el partido empieza a plagarse de imprecisiones, balones que se caen, juego embarullado y a 25 minutos del final sucede otra anécdota de las acostumbradas en palomos:
Uno de los rivales da una patada consecuencia de la cual el balón sale del recinto. Manufer, impetuoso, va raudo a recogerlo toda vez que parecía que no había uno de repuesto. Cuando vuelve al campo entra haciendo ostensibles gestos de dolor y cierto andares que ni el propio Chiquito, pidiendo el cambio al cabo de un minuto. Se había lesionado saltando la valla parece ser, o al agacharse a cogerlo… ni lo sabemos con certeza, ni realmente lo queremos saber. Algo un tanto insólito.
Después de eso siguió reinando un desorden importante pero en una espectacular arrancada Nico se llevó puestos a varios de Getafe ensayando bajo palos, previo pase del hoy vestido de Iniesta para la ocasión: Chips. Brutal el pase entre las piernas de Cristo que aun está tratando de cogerla, pero resbalaba en exceso por la lluvia y el pase iba con intención clara de llegar a Nico, el hueco era brutal. Qué gran salida de mol hicímos ahí. Les sacamos 12 puntos, no nos relajamos un ápice y seguimos practicando el juego que tan buen resultado nos ha dado: desorden y caos.
En un momento dado, ya de noche, lloviendo (faltaban la niebla y aullidos de lobos para que pareciera un sueño chungo o una peli de terror de serie b) ocurre lo imposible. Lo nunca visto en un campo de rugby, ojo aquí que puede herir sensibilidades, esto es muy serio.
El árbitro, que llegando el final del partido nos hacía recolocar la melé porque nos estabamos enganchando antes de tiempo, o tirando incluso, para una melé que en esta ocasión estaba perfecta y estable. Los 6 primeras líneas nos mirábamos sorprendidos y algo extrañados porque habíamos conseguido hacer bien nuestro puto trabajo por una vez. El problema venía de un poco más atrás en la zona tricantina, el señor se dirigía a Tomi con la siguiente afirmación: «Por favor, vaya a calzarse, que el regalmente impide jugar descalzo.»
Sí amigos. Tomi, como si estuviera en el sofá de su casa, había decidido ponerse cómodo y jugar descalzo. Era un cesped artificial ciertamente alto y mullido, había que estar a gusto, llovía a cántaros y qué menos que poder pisar blandito. Como os he dicho las botas le apretaban, el muchacho sufría. Y decidió jugar descalzo. Un partido de rugby. Realmente es algo maravilloso y digno palomo MVPalomo. Por supuesto, Tomi volvió a replicar obviamente diciendo algo así como: «si no pasa nada, luego me las pongo», lo hizo entre balbucéos de nuevo, no sabría confirmar si realmente dijo eso o algo similar, pero por ahí estaba el tema.
Para situar un poco todo, hablamos de una melé situada en torno a nuestra 22 y delante de los palos, en el medio, la mitad del campo Tomi. Pues bien, las botas estaban en la línea de touch… no os queráis preguntar el tiempo que podría llevar el angelito descalzo campando a sus anchas por tierras getafenses.
El partido ya estaba acabando en su natural embrollo, pero aún debía Tomi deleitarnos con otra jugada sin par. Antes de eso, Nico levanta el balón de una melé, arrasa a todo el que le sale a su paso y al último que con mucho brío acude a intentar detenerle pero demasiado erguido, le mete una percusión de las que se oyen a 30 metros, con un gesto y movimiento sutil de hombro contra pecho/cara rival, cayendo el rival como un saco de patatas y ensayando Nico.
Y aquí viene el segundo momento estrella de la jornada. Algo divino, luego entenderéis por qué.
Sacan de centro, el oval se eleva bastante, se dirige en una exagerada parábola hacia Tomi. Nuestro MVPalomo abre sus brazos como intentando pedir explicaciones a alguna divinidad, al modo y manera que debió desplegar sus brazos Moisés cuando separo las aguas del Mar Rojo, emulando a Jeremy Irons en Platoon.
Un gesto estéticamente precioso, pero la gravedad estaba ahí para estropear aquella bonita estampa. La parábola del balón estaba terminando, (seguía lloviendo, por si se os había olvidado) y no sabemos bien si Tomi no había caído en que «todo lo que sube, baja» y la gravedad seguía actuando y el oval le impactó furiosamente en su maltrecha nariz provocándole una hemorragia y perplejidad entre todos los presentes. Gran partido Tomi.
Por lo demás agradecer a Potorro su ayuda y asistencia. También a Carmen y felicitar a quienes en mi opinión han sido nuestros jugadores más destacados: Nico y Miguel a los que me temo degradaran muy pronto al A. También a Fayos que en los dos balones que ha tenido ha ensayado.
Por cierto que jugando tan mal como jugamos no encuentro explicación a nuestras sucesivas victorias, todas ellas con bonus ofensivo
Por cierto, seguía lloviendo.
Con afecto: Borja & Chips.
C.R. Tres Cantos
Jugador | Posición | E | T | G | DG |
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Miguel Ángel Monreal | Pilier | 1 | 0 | 0 | 0 |
Eduardo García | Talonador | 0 | 0 | 0 | 0 |
Óscar Gutiérrez | Pilier | 0 | 0 | 0 | 0 |
Joaquín Eugenio Yus | Segunda línea | 0 | 0 | 0 | 0 |
Tomás Fernández | Segunda línea | 0 | 0 | 0 | 0 |
Javier Fernández | Flanker | 0 | 0 | 0 | 0 |
Borja Vila | Flanker | 0 | 0 | 0 | 0 |
Nicolás Wolyniec | Número ocho | 2 | 0 | 0 | 0 |
Sebastián Herrero | Medio melé | 0 | 0 | 0 | 0 |
Pablo Zapico | Apertura | 0 | 3 | 0 | 0 |
Víctor Martín | Ala | 0 | 0 | 0 | 0 |
Miguel Medina | Centro | 0 | 0 | 0 | 0 |
Juan Marcelo Gaztelu | Centro | 0 | 0 | 0 | 0 |
Enrique Pareja | Ala | 1 | 0 | 0 | 0 |
Manuel Fernández | Zaguero | 0 | 0 | 0 | 0 |
Javier Rodrigo | Pilier | 0 | 0 | 0 | 0 |
Juan García Fayos | Segunda línea | 1 | 0 | 0 | 0 |