Crónica I.E. University Athletics – C.R. Tres Cantos B

Tras dos infames partidos contra Liceo y Sanse que quedaron sin crónica, porque si escribo lo que pensaba voy a la cárcel, los palomos jugaban el ultimo partido del año contra un rival que nos traía recuerdos luctuosos del año pasado: Boadilla guiris.

Nuestra alineación el día después de la cena de Navidad fue: Monty, Katanas, Javi; Alberto y don Yus; Juanma, Marcos y Tomi de ocho; GIJoe y Vasco; Adrián y Bético; Javi 21, Patata y Cristo de zaguero. Sin más. No había suplentes. Entre bajas de última hora y algún exceso nocturno, fuimos quince. Un consejo clasico: EL QUE VALE PARA TRASNOCHAR, VALE PARA MADRUGAR.

En frente los chavales del iae atlethics o algo así. Son unos chavales que se nutren de extranjeros que estudian en Madrid, y aunque el año pasado predominaban los británicos, parece que este año han tenido una remesa de franceses, con lo que esto implica: jugadores rápidos, con buenas manos y veloces, que nos hacían un lío cada vez que abrían el balón. Han perdido contundencia delante con respecto al año pasado pero han ganado algo: hablan muchísimo.

Esto puede ser que os resulte raro. Nos hicieron parecer silenciosos. Eso no significa que estuviéramos callados. Eso nunca. Pero se oía hablar en francés todo el rato. O español con acento. Pero ininterrumpidamente. Adrián, que ha vuelto tras su estancia en el amado país vecino, tradujo algunas cosas pero no las puedo reproducir. Queda feo. Sólo puedo decir que a él le llamaban «le gros» (traductor de Google).

El partido fue lo esperado. Debíamos cargar con nuestra delantera que tenia una ventaja como de quinientos kilos sobre la suya y rezar cuando abrían. Y la tónica del partido fue esa: les machacamos a base de gordos, picangous, moles, relanzamiento de delanteros… rugby creativo. Y cuando ellos cogían el balón abrían y a correr como las tropas de Napoleón en Waterloo. Las touches fueron buenas y dificultábamos las suyas, pero no les robamos ni una melé. En cambio las nuestras fueron claras y les ganamos por empuje varias veces ganando muchos metros.

Conseguimos ensayar varias veces todas delante (si no recuerdo mal) y ellos unas cuantas más, todas a la carrera (si no recuerdo mal).

Un partido que deja buen sabor de boca por la actitud diferente a los últimos. Acudimos a los apoyos y estuvimos solidarios con el compañero, y nos ganaron con merecimiento porque fueron mejores.

Vamos a los detalles. Fue todo bastante surrealista de principio a fin.

Como jugadas destacables por lo ridículas, creo que me llevo la palma. En un golpe a favor en nuestra 22, y debido a que eran mucho más rápidos que nosotros, con gran presencia de ánimo decidí sacar rápido y con el apoyo de Bético (Flash) y Monty (superFlash) decidí patear detrás del ala contrario al verlo descolocado y que ellos subieran a la presión. Claramente os tengo en alta estima y confío en vosotros. El problema es que pateo reguleras y creo que le di en la cara al centro contrario, que casi la coge y ensaya. No fue la mejor jugada de mi vida.

Alberto recibió algún saque de centro, y el pobre que le placaba rebotaba como contra un muro. Hizo varias jugadas de mérito arrasando rivales con la velocidad que le caracteriza.

Juanma, un tío dinámico, jugó de tercera y llegó a muchos apoyos, y cambió varias impresiones con los alegres franceses en varios moles. Se llevó algún golpe en contra. Yo le comenté que no fuera de justiciero. Que el justiciero oficial soy yo. Lo entendió a la perfección.

Tomi me preocupó en un momento. No porque recibiera un excelente placaje de un contrario, del que las costillas aún le duelen seguro, sino porque en un mol vi una bota en medio del campo al avanzar y pensé que nuestro chico de Colmenar había vuelto a las andadas. Gracias a Dios se está quitando y no ha recaído. La bota tenía otro dueño. Podéis hacer un grupo de terapia.

Y vamos con lo serio. Cosas que tras algunos años de jugar nunca has visto. NUNCA. En el descanso volvíamos del banquillo tras la charla hacia nuestro campo y pasamos al lado de unas simpáticas y jóvenes chicas que se encontraban metidas en el campo, al lado de la banda. Todas guapas, bien peinadas y uniformadas con trajes bonitos. La que parecía la líder de tan pintoresco grupo nos dijo: ¡que vamos a bailar! Y así fue. Un altavoz empezó a atronar música y comenzaron una estupenda coreografía en la que se golpeaban las nalgas con caras sugerentes, se contorsionaban y giraban, movían sus bien peinadas melenas… increíble. Duró un minuto pero a mi se me hizo eterno. Zumacas, el árbitro que pitó francamente bien, salió del vestuario comiéndose una galleta y aplaudió la actuación. No sé. Igual aplaudía a Marcos que a escasos metros de las bailarinas saltaba y hacia ejercicios con los brazos y parecía una más. Lástima que no le dejaran un uniforme. Además alguien decía: ¡no las miréis! Recordad que ya se ha reconocido hace tiempo que las mujeres tienen alma y no son la reencarnación de la nosequé de Babilonia. Se puede mirar. Las animadoras bailan para eso y no es peligroso. Total. Muy pintoresco todo.

Y el palomo de la jornada fue… KATANAS. Los chavales de iae (o como se llame) son jóvenes y atléticos, pero varios tuvieron problemas con los gemelos. Se les subían. Imagino que por la alimentacion: foie, dom Perignon… comida poco sana. En una jugada en su 22 avanzábamos golpeando repetidas veces para avanzar costosamente los metros que nos quedaban para ensayar y nuestro adorado talonador se olvidó de la jugada porque un rival cayó al suelo con su gemelo bien arriba. Así que Katanas, siempre dispuesto a ayudar se dedicó a sujetar la pierna del contrario y a estirarle para que no sufriera. Muy bien Katanas. Los jóvenes castores estarían orgullosos. Eres una madre. Y que conste que no lo critico. A la gente bondadosa no se la puede criticar. Pero PALOMO DE LA JORNADA.

Tengo otro sucedido de Alberto pero es irreproducible. Lo único que puedo decir es que si McArthur llega a contar en sus filas con nuestro presi y con Puzzle, los japoneses se rinden en cuatro días en el teatro de operaciones del Pacífico.

Por último y aunque sabéis que nunca critico a los rivales ni al árbitro, tengo que comentar una cosilla. El tercer tiempo es parte indivisible del rugby. Sirve para conocer al rival, limar asperezas del partido y disfrutar un rato con el rival, que no enemigo. Nos dieron un paquete de 24 cervezas calientes al acabar el partido. Prefiero que me plaquen, me pisen, me escupan y me llamen le gros, a eso. Por lo menos no era Cruzcampo. Habríamos salido en la sección de sucesos.

Gracias a Vasco por venir en tales circunstancias, a María la fisio y a María… y a María.

¡¡¡AÚPA TRES!!!

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