A.D.I. Industriales Las Rozas D – C.R. Tres Cantos B

Resumen

Sábado 15:00. El cantizal. Os dije que si no ganábamos el partido me ibais a oír y cumpliré escrupulosamente mi palabra. Tengo un montón de cariñitos para todos nosotros, lo cual de no ser metafórico a buen seguro resultaría la mar de estimulante para algunos.

La alineación fue Lobo, Patata, Javi Gordi, Don Yus, Alberto, Javi Cadete, Borja, Tomy, Sebas, Cristo, Katanas, Pablete, Manufer, Felipe y Tre. Posteriormente salieron Marcos y Vasko. Juan decidió que era mejor lesionarse el día anterior jugando al pádel que en el campo con sus compañeros.

El rival era conocido por todos aunque cualquiera diría que visto lo visto no habíamos jugado contra ellos en nuestra vida. Por si acaso os hago un remember: mayoritariamente se trata de tipos que rondan la cincuentena o la sobrepasan. Llevan muchos más años jugando al rugby que sin jugar (2 de los que más conozco yo 35 años concretamente). No son asiduos del gym, no practican crosfit. Su peso medio rondará los 95 kg. Su juego se basa principalmente en una sucesión de moles, tornillos, pic and gous y relanzamiento de delanteros a no más de 10 metros de los agrupamientos. Todo esto lo sabíamos, y por si a alguien le cupiera alguna duda estos extremos fueron clara y precisamente explicados.

Sí. Todo pintaba muy bien, aunque el rival introdujo pequeñas variaciones en el playbook anteriormente expuesto. En concreto un 9 pequeño, rápido y joven y un par de chavales jóvenes atrás, si bien esta circunstancia apenas alteró su forma estilo de juego al que son más fieles que alguno por aquí a sus patologías (de variada índole y naturaleza).

En esta crónica me voy a permitir licencias de lo más variado. Una de ellas es hacer este epílogo (el epílogo suele ir al final) en este instante y que es de naturaleza puramente subjetiva: cuando regresaba a mi casa iba yo cagandome en todo pero dentro de mi enfado tuve varias revelaciones:

1. Jugamos sin espíritu. No tenemos alma.
2. Esa revelación debió parecerme un tanto poética o espiritual y seguidamente me asaltó un pensamiento más mundano: parece que no tenemos ganas de jugar a esto. Nos falta agresividad, ya sabeis: cojones
3. Cada partido juego peor. ¿Qué me habéis hecho? ¿Cómo me habéis pegado esto?
4. No solo me duele la dignidad. Los golpes que me he llevado empiezan a manifestar sus consecuencias en forma de pequeñas punzaditas en varias partes de mi anatomía.

El partido:

Delante somos unas mamis muy hacendosas y serviciales. Atrás somos solventes e incluso diría que jugamos al rugby
La cosa no empezó mal. Aguantamos y defendimos sus eternos moles durante 20 minutos. Ahí fuimos agresivos, tanto que incluso nos dábamos a nosotros mismos, lo cual no es de agradecer si tenemos en cuenta que las suyas nos las llevábamos también. Ejemplo de ello fue un puñetazo o cabezazo que me dio Javi y que me dejo un tanto perplejo pero es que hay que reconocer que el chaval estaba en todo. Se llegó incluso a disculpar, en dos ocasiones creo recordar. Como decía luchábamos a brazo partido, con coraje y defendiendo con garra y algo sorprendente: sin hacer golpes y más o menos callados. Yo me las prometía muy felices: si seguíamos asi les íbamos a meter un Saco. Y si, efectivamente en esos 20 min nos pusimos 12-0 merced a las jugadas de nuestra línea que balón que pillaban roto que les hacían.

Después de esos 20 minutos la delantera en bloque, unida, todos uno nos fuimos. No tengo ni idea de dónde, pero en el partido no estábamos. Nos empezaron a arrasar en las melés. Las que ganábamos a Tomás le caían encima rivales como si fuera Miss Colombia con el culo en pompa y cuando salía por mi lado me pisoteaban como una manada de búfalos (lo de que el balón salga por el lado del 6 es rarito chavales).

Nos ganaban todas sus touches a pesar de que siempre se las tiraban a su 9 que hacía de segundo saltador y que media 1,60. El 80 por ciento de las touches iba ahí pero a pesar de las advertencias de algunos al respecto parecía que al resto le daba igual. Y así enlazaban moles con tornillos con moles y con más moles y avanzaban 30 metros para acabar ensayando.

Ensayaron dos veces. Tre (si no llega a estar igual hacemos 5-10 puntos en vez de 40 o los que hiciéramos) lo hizo por nuestra parte. Fin de la primera parte. Ganamos de 5 puntos. Mal presagio que se confirma en cuanto comienza la segunda parte.

Ellos hacen 3 cambios. Sacan a dos chavales de las categorías superiores. Si me refiero a ellos no es porque nos jodieran el partido, si no para alabar los placajes que Manufer (una alegría tu vuelta), Tre y Pablete les regalaron.

Uno de estos dos entraba entre 5 delanteros sin que le parara ninguno. Eso sí, en cuanto se dirigía a Manufer, Pablete o Tre se llevaba un grapazo de bellísima factura lo cual debió de hacerle replantearse sus incursiones porque después de los primeros 20 minutos de la segunda parte se le vio poco.

El asunto es que nos clavaron 4-5 ensayos seguidos todos de delantera. Yo estaba algo perplejo porque constantemente se desgajaba el mol como una mandarina quedando dos de sus delanteros sin el balón y 3-4 de los nuestros empujando lo que como sabréis no es eficaz porque el balón está en otro lado. Además de ello nos conducíamos con ingenuidad. Sí amigos sí, alguna pequeña trampa como hundir un mol, agarrar al que se gira para hacer el tornillo estando un poco en fuera de juego, etc. Esas cosas… Cada vez que te pillaban en una de esas te ostiaban pero ya lo sabíamos. Además Chivero, que es buen árbitro, te indicaba amablemente que te retirases si consideraba que tu posición era incorrecta. Pero no, preferimos seguir desgajando mandarinas y así nos fue.

Sorprendentemente nos rehicimos. No tengo ni idea de cómo, pero empatamos el partido gracias a nuestra línea, claro. Incluso cuando faltaban 10 minutos tuvimos una touch para colocarnos por delante pero la cagamos de una manera que os relataré en el apartado correspondiente a las palomadas. Antes de esa touch perdimos a Pablete que se lesionó cuando le plagaron de milagro.

Perdida esa touch nos rendimos. Sacaron ellos a unos 10 metros del centro del campo y fueron avanzando hasta que cometimos un golpe en la última jugada en la que yo también me lesioné de modo y manera que la misma se disputaría con 13 jugadores por nuestra parte. Y ensayaron de delantera.

Las palomadas. Además del desastre generalizado en la delantera y respecto a cualquier aspecto del juego sin exclusión de ningún tipo empezaré por las cagadas individuales que con tanta recurrencia y pasión hacemos. Comenzaré por mi mismo.

Como os decía tengo una sensación: cada vez juego peor. Prueba objetiva: su 9 saca un golpe y me voy a toda velocidad a la touch. La patada que da no provoca que el balón se eleve, antes al contrario, viene dando botecitos hacia mí, despacio, cuando voy a cogerla empiezo a palpar el balón de modo y manera que el balón se eleva por encima de mi cabeza me doy la vuelta y en vez de cogerlo le doy un manotazo y la mando fuera. Casi lloro.

Sebas estuvo muy fino también: en un par de jugadas con toda nuestra línea armada y dispuesta se dedicó a recorrer el campo de lado a lado lo cual dejó a nuestros 3/4 con 10 generosos metros para despegar.

Tomi y Patata: Estos tiene un pacto chavales. Sí, en serio. Tienen un acuerdo tácito que nunca han expresado verbalmente. Es fascinante porque en virtud de dicho pacto van dos partidos seguidos que Tomi acaba plantándole el culo en la cara a nuestro levantador o a un jugador del equipo contrario y luego nos pitan golpe. Aparte en una touche nuestro talonador casi se cae de morros porque en un amago picaron tanto el equipo rival como él.